viernes, 27 de noviembre de 2009

"Para Dios Todo es Posible"-parte 1


En esta serie de artículos examinaremos las maravillosas promesas de Dios a la luz de la realidad. Todos sabemos de las profecías que hablan de la restauración de todas las cosas, entre las cuales tenemos el fin de las enfermedades, la resurrección de los muertos, la armonía con los animales, etc. Muchas de estas promesas de Jehová pueden parecer fantásticas y seguramente seremos tildados de irracionales. Nada más lejos de la verdad. La racionalidad va de la mano con una Fe correcta en Dios.

Aunque no sabemos exactamente como Dios y sus siervos realizaron los milagros en tiempos bíblicos, claramente se utilizaron leyes y herramientas de las fuerzas de la naturaleza que aún no comprendemos. En otras palabras, los milagros como hechos que violan las leyes de la naturaleza nunca existieron. Jehová es tan perfecto e inmenso que no necesita alterar el órden de lo que ha creado. Solo ha utilizado leyes y principios desconocidos para nosotros, pero que no lastiman las otras leyes universales.

Si usted pudiera mostrar un avión gigante, un televisor, o un teléfono móvil a un personaje de hace 500 años, seguramente lo habría considerado un prodigio. Sin duda, Dios ha hecho y hará cosas que escapan a nuestra comprensión actual. No obstante, podemos tener fe absoluta en sus promesas. En estos artículos trataremos de acercanos a posibles explicaciones de algunos hechos que consideramos fantásticos y que están en las profecías sobre el Nuevo Mundo. Aunque quizás no suceda de la forma posible que explicaremos, si nos servirá para demostrar que los milagros no serán hechos irracionales. Ciertamente "todo es posible para Dios" (Mateo 19:26).

En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo

“En aquel tiempo los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos mismos de los sordos serán destapados. En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo, y la lengua del mudo clamará con alegría. Pues en el desierto habrán brotado aguas, y torrentes en la llanura desértica”. (Isaías 35:1, 2, 5, 6.)

¿Es imposible desde una óptica racional creer en la regeneración de los órganos? ¿Puede una persona volver a tener sus miembros amputados u otra parte dañada del cuerpo, como sus ojos, oídos y riñones?

En el reino animal las salamandras y tritones son los únicos tetrápodos que conservan la capacidad, durante toda su vida, de reconstruir partes complejas de su cuerpo. También hay una decena de animales y criaturas que regeneran sus órganos. Pero analicemos el caso de la Salamandra.

Cuando se amputa a una salamandra una de sus patas, los vasos sanguíneos del muñón se contraen pronto: se reduce la hemorragia y una capa de células dérmicas recubre rápidamente la superficie. Durante los días siguientes a la lesión, esa epidermis se transforma en una capa de células emisoras de señales indispensables para el éxito de la regeneración. Fibroblastos (células del tejido conectivo que intervienen en la cicatrización de heridas) migran y se desplazan por la superficie del corte para congregarse en el centro de la herida. Allí proliferan y forman el blastema, una agregación de células pluripotentes, que servirán de progenitoras de la nueva extremidad. Las células del blastema son equivalentes genéticamente a las originales del miembro del embrión. Las partes intermedias se van completando por un proceso de intercalación: neuronas motoras, músculos y vasos sanguíneos crecen con el miembro y reestablecen las conexiones presentes antes de la amputación.

Los peces mantienen en algún momento de su vida incluso la capacidad de regenerar zonas de su sistema nervioso central, así como de algunas partes lesionadas en el corazón. Muchas salamandras y tritones pueden regenerar colas, patas, ojos, mandíbulas, riñones e incluso trozos de corazón. Las serpientes reconstruyen al menos parcialmente la lengua. Muchos lagartos regeneran las colas que entregan a los depredadores para escapar (y que se contorsionan nerviosamente tras la amputación para distraerlos). Las colas sólo se regeneran si se rompen a través de unos puntos débiles entre las vértebras. La cola nueva ya no puede desprenderse. Los embriones de mamíferos cuentan con cierta capacidad de regeneración de los brotes de los miembros, que desaparece mucho antes de nacer. Los ciervos renuevan anualmente sus astas. El delfín tiene una notable facultad para recambiar la piel. Los ratones de la línea MRL pueden cerrar heridas sin dejar cicatriz e incluso regenerar músculo cardíaco dañado.

En el ser humano se recambian periódicamente las células epidérmicas, las de la mucosa oral y del tracto respiratorio. Las células sanguíneas mantienen un proceso continuo de destrucción y regeneración. Las uñas extraídas o perdidas pueden regenerarse si el sitio con potencial regenerativo no ha sufrido un daño irreversible. También existe cierta capacidad de regeneración de tejido muscular y se produce la reconstrucción de fracturas óseas. El hígado tiene gran capacidad regenerativa y la piel puede cerrar heridas, aunque queda una cicatriz. En la mujer destaca la renovación del endometrio tras cada menstruación.

En los seres humanos, hay casos de regeneración natural de yemas dactilares. El tratamiento de estas heridas con proteína en polvo podría haber contribuido a la regeneración, creando un andamiaje para los nuevos tejidos. Un obstáculo clave que habrá que vencer para regenerar miembros humanos es la proliferación de fibroblastos, que forman tejido cicatricial en vez de permitir el crecimiento del miembro. Asimismo, habrá que reconstruir las señales moleculares que reciben las células del entorno de la herida para conducir el proceso hacia la regeneración.

Algunos investigadores han señalado que los tumores y el cáncer son la prueba de que tenemos la capacidad para regenerar células. Lamentablemente esa capacidad está atrofiada y las células crecen sin parar en lugares en dónde no deben haber aparecido. Así, células regenerativas crecen dentro de los mismos órganos y provocan los tumores. Quizás si se recalibraran las señales de las células, éstas actuarían para regenerar miembros enteros y no crecer desordenadamente dónde no deben. No es ficción. Está más cerca de la realidad que nunca. Los investigadores creen que todo el tejido del cuerpo tiene células capaces de regenerarse, solo hay que darles la "indicacion" correcta.

Makoto Asashima, profesor de biologí­a de desarrollo de la Universidad de Tokio, empezó hace dos décadas su investigación sobre la regeneración de órganos. Su trabajo ha consistido en la fabricación de ojos, orejas y otros órganos de sapos, trabajo que plantea puede llegar a ser una buena alternativa para la eliminación de transplantes. Su principal agente es la proteina activina que induce a los genes de las células embrionarias de los sapos a producir algunos órganos. Éstos estudios demuestran que la promesa de que el cojo vuelva a caminar, el ciego recobre la visión, y personas con amputaciones vuelvan a tener sus órganos no es ficción, sino que tiene base racional y científica.

No obstante, no sabemos exactamente como Jehová logrará éstas cosas. Quizás sea una combinación de factores, que unidos al ambiente energético en el Paraíso, lograrán éstas cosas maravillosas. Éstas profecías sin duda se cumplirán a cabalidad.



Enlaces relacionados con los temas


La Tierra de Magog (nuevas entradas)
http://magogysutierra.blogspot.com/

Entre la inmensidad y la eternidad (nuevas entradas)
http://pluralidadmundos.blogspot.com/

La vida inédita de Jesús (nuevas entradas)
http://elhombremasgrande.blogspot.com/