Los tambores de guerra suenan en Medio Oriente, mientras que la crisis económica continúa golpeando a Estados Unidos. Tras las injustas sanciones aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU contra el pueblo iraní, Estados Unidos y sus aliados europeos, adoptaron castigos adicionales para tratar de asfixiar a Irán o hacerlo caer en provocaciones que justifiquen las imperiales acciones militares de Washington. En un intento por acorralar a Irán y tratar de debilitar a ese país paulatinamente, el gobierno de Obama ha aplicado varias medidas, entre ellas la sanción a las empresas que suministren petróleo refinado a Teherán, así como a todos los bancos que presten dinero para su pacífico programa nuclear.
Cinco naciones en el volátil Medio Oriente, incluido Israel, poseen armas nucleares lo que hace sumamente peligroso cualquier escalada bélica. La guerra que se avizora en esa zona está motivada realmente por la ubicación geográfica de la nación persa, ruta terrestre y marítima de gran parte del petróleo mundial y rico en recursos naturales. El interés por dominar las principales reservas de gas y petróleo del mundo, parece motivo suficiente para pergeñar una guerra imperialista contra la nación persa.
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Para obtener el control del Medio Oriente, Irán representa un obstáculo poderoso que hace peligrar los objetivos geoestratégicos de Estados Unidos. Una invasión a Irán implicaría dominar el Golfo de Omán y el estrecho de Ormuz, por el que pasa el 66 por ciento del petróleo que se comercializa por vía marítima.
Los ultraconservadores norteamericanos claman por una nueva guerra, para mejorar las posiciones del gobierno, cuando en Afganistán se observa una profundización de la conducción militar, porque se niegan negando a admitir la derrota tras la invasión. La cercanía de las elecciones legislativas norteamericanas también atizan las amenazas bélicas contra Irán, al igual que la crisis económica y financiera de la meca del capitalismo mundial. En Estados Unidos continúa el desempleo, afectando las ventas con un saldo negativo para la recuperación económica, y según expertos se requiere crear 300 mil nuevos empleos durante más de dos años para regresar a la situación del 2008
La relación guerra-economía, demuestra que las situaciones bélicas son beneficiosas para la industria militar norteamericana, y por tanto una confrontación sería beneficiosa para reducir el desempleo, sin importar las pérdidas humanas y los daños materiales al país atacado, se aventuran a afirmar los gurús belicistas. En febrero de este año, Obama anunció que el gasto militar del 2011 sería de 750 mil millones de dólares, 31 mil millones más que en el 2010 y casi 100 mil millones más que en el 2009.
Las repercusiones de una guerra contra Irán serían considerables no solo para el Medio Oriente sino para el mundo entero. Todos alzamos hoy la voz contra la guerra y los belicistas de siempre. -LaRepública.com
6 Y oiréis guerras, y rumores de guerras: mirad que no os turbéis; porque es menester que todo esto acontezca; mas aún no es el fin.
7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares.
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8 Y todas estas cosas, principio de dolores. - Mateo 24: 6-8