Todas las religiones serán juzgadas, incluyendo primero a la casa de Dios (1 Pedro 4:17).
Pero Dios tiene "su casa", tiene a un pueblo. Él que hayan tropiezos no significa que no exista la verdad. Judas traicionó a Jesús, pero la religión cristiana era la verdadera. ¿Había fracasado el Maestro en su enseñanza? DE NINGUNA FORMA
Miremos más allá de los errores humanos. Éstas cosas deben hacernos fuertes. Hay dos extremos peligrosos y negativos:
Aislarse y dejar al grupo cristiano o congregaciones. E incluso hacerse un crítico apóstata. Éste es un sendero fácil para las almas tibias, ya que es más fácil lanzar piedras desde afuera que dar una verdadera lucha espiritual interior.
Y el otro extremo peligroso es creer que todos los hombres responsables de alguna entidad religiosa son infalibles y perfectos como los mismos Papas.
Ambos extremos llevan a desilusión. Ambos son "senderos" fáciles. Caminos fáciles para las almas tibias que no desean afrontar el auténtico reto de escalar las díficiles colinas de la "verdadera vida religiosa", la cual es subir a la Montaña de Jehová (Isaías 2:1-4). ¿Quién dijo que subir una montaña es fácil? No nos acobardemos. Seamos valientes y pidamos valor si nos falta.
El trabajo más arduo de la religión del espíritu es hacer frente a éstas cosas y a nivel individual tratar de mejorar con el ejemplo y los frutos espirituales a los demás hermanos de tu fe. No abandones a tu congregación, ni menos tu servicio. Jesús no renunció a la ley judía ni a la condición de ser hijo de Israel. Él desde adentro, dio la pelea. Primero con su ejemplo inspiró a otros a mejorar las cosas, y luego habló a los demás las verdades que marcan la vida.
El cristiano no debe renunciar a su condición dentro del pueblo de Dios. Debe dar la pelea desde adentro. Si él sabe que el fin es inminente y los demás están dormidos, él con su ejemplo y tenacidad en lo grupos de predicación demostrará que está alerta. Él debe mostrar los frutos espirituales (cualidades de un Hijo de Dios) para así inspirar a otros. También en sus conversaciones hará mención de las noticias o sucesos globales. Si nota que no hay cambios, él debe ayudar con su estado de vigilante a los demás a estar alertas.
Ese es el autentico reto. Ése es nuestro trabajo. Abandonar no es una actitud valiente. Creer ciegamente en la autoridad humana tampoco lo es. No importa que se desplome todo, cierren a las entidades o de pronto no llega más literatura. Debemos dar la lucha y contribuir a que las cosas sean mejores desde adentro. En eso se notará que somos parte del espíritu de "los dos testigos" que son la resistencia contra el espíritu de Jezabel. Seremos como los ángeles fieles que nunca abandonaron el cielo, pero que resistieron las actitudes de otros ángeles (incluso de mayor rango) que obraron de forma ajena al propósito de Dios.