martes, 3 de agosto de 2010

Preguntas de algunos lectores

Vamos, usted menciona a 1914 como un año señalado, valida los 2520 años, pero a la vez dice que ésta no es la aplicación máxima de Daniel capítulo 4 y que los "siete tiempos" no se pueden calcular. ¿En que quedamos? - Gabriel

Respuesta. Varios amigos por éstos días me han planteado al correo la misma inquietud. Me piden que me defina, pero yo les comento que lo he hecho y que está escrito en algunas frases. Quizás me he expresado mal. Intentaré explicar la aparente contradicción. De hecho Cefey también me preguntaba algo semejante. Bueno, ésta es mi respuesta general:

En realidad tal como he comentado antes, a veces hay descubrimientos fallidos que paradojicamente nos hacen encontrar otras claves... La cronología es una ciencia aún en pañales. Y creo que en toda ciencia hay algunos casos. Por ejemplo, se dice que el inventor del teléfono trataba de inventar un aparato para hablar con los muertos y terminó creando el primer teléfono para hablar entre vivos... Colón creyó (según la versión oficial) descubrir un atajo para las Indias, y terminó descubriendo otro continente... Una creencia inexacta lleva a veces a descubrir patrones importantes. Por eso es una paradoja.
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La única posibilidad para 1914 estriba en la destrucción del templo en agosto de 607 a.E.C y 2520 años más tarde llegamos a agosto y la I Guerra Mundial. Octubre no nos sirve realmente con base, solo agosto sería la clave. Pero no tendría que ver con la entronozación de Cristo ni con la Parausía, tal y como lo hemos analizado en múltiples entradas. Dichos sucesos aún tienen que ocurrir para el tiempo de la gran tribulación. Daniel capítulo 4, tal como se ha estudiado recientemente, no tiene que ver con la nación de Israel, sino que representa un periodo más amplio e indefinido de "siete tiempos". Éstos tiempos serían el vasto periodo de la dominación bestial ("corazón de bestia al árbol caído"-Dan. 4) de las principales siete potencias sucesivas y opositoras al pueblo de Dios, con una duración diferente cada una. Cada "tiempo" duraría un periodo distinto y cada potencia ocupa un tiempo determinado o "señalado". Pero no sabemos la duración exacta de los "tiempos de las naciones" en que los humanos se autogobiernan con Satanás.

 Sin embargo, providencialmente la explicación original de los siete tiempos x 360 días nos permitió ver que hay muchos ciclos de 2520 años o días. Al parecer si existe un asunto cíclico de siete tiempos desde ésa perspectica. Pero el periodo de 607 a.E.C a 1914 sería solo uno de tantos. Por ejemplo, otro sería el periodo de la declaración formal 120 años antes del diluvio hasta el bautismo de Jesús (que abarca 2520 años);  los 2520 años antes de entrar en la tierra prometida (la promesa Edénica (3993, a..E.C), 2520 años hasta la entrada de Israel en la Tierra Prometida);  los 2520 años antes del 2001 (que sería una de las más apegadas de forma secundaria a Daniel 4), y por supuesto, los 2520 años antes de 2013.

Ahora bien, si realmente en 607 a.E.C no fué destruído el templo, sino que ésto sucedió en 586 a.E.C podríamos tener un problema. Sin embargo, gracias a Abib, en su nueva tabla cronológica revisada da una posible solución al problema de 1914 y los 2520 años hacia atras. En ese año Josías habría sido asesinado en Meguidó por el Faraón Nekoh. y el Faraón Nekoh instala a Jehoiaquim como vasallo. En el año 1 de Jehoiaquim desde 607 a.E.C. comienza la dominación de los gentiles sobre el trono de David. Éste sería el primer año de unos “siete tiempos” que culminan en Etanim de 1914. Ésta sería la única relación correcta del ciclo de 2520 años hasta 1914. Solo habría que pulir algunos días y ver si concuerdan con agosto de 1914, pero la idea parece válida. Ésto haría de 1914 un año señalado e importante, pero con el mismo nivel de otros años señalados.

Cómo observamos, la paradoja es que creyendo encontrar el máximo hallazgo (antes de de 1914), hemos podido entender que hay varios ciclos de 2520 años en muchos puntos de la historia. Ahora bien, el que se haya sacralizado uno de ellos, ya no es problema del fenómeno de la cronología-profética  espacio-temporal que existe, sino de los humanos que tendemos a elevar desmedidamente los asuntos. Es como una tribu primitiva, que descubre un ciclo lunar y su relación con las plantas, pero que en vez de considerarlo un ciclo importante y repetitivo, lo termina adorando como el día de la llegada de su dios...


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