jueves, 1 de julio de 2010

El desastre que podría acelerar la bancarrota de Estados Unidos


Se agrava la crisis política en Estados Unidos

Poco a poco se va imponiendo la coincidencia de que una de las razones más poderosas que han provocado el derrame en el Golfo de México ha sido la utilización, por parte de BP, de tubos poco resistentes y muy susceptibles a accidentes, conocidos como “long string”, que la empresa utiliza a sabiendas debido a sus menores costos. Cuando BP dijo que la fuga era 1.000 barriles diarios, el gobierno de Obama se vio obligado a informar con mayor realismo: “Las autoridades calculan que el petróleo fluye a un ritmo de 60.000 barriles por día (9.540.000 litros) mucho más que lo estimado por British Petroleum y equivalente a un Exxon Valdez cada cuatro días. Los esfuerzos para detener el vertido tóxico han sido moderados.” (The Economist, 17 junio). La catástrofe del Exxon Valdez ocurrió en 1989 en Alaska, cuando el buque petrolero chocó contra un arrecife cercano a la costa y derramó 260.000 barriles de petróleo. El derrame del Golfo de México ya lleva 70 días y los cálculos optimistas prevén que no podría controlarse hasta Agosto próximo.

Las acciones de BP han caído en Bolsa a la mitad desde el inicio del derrame. Y ya está arrastrando al conjunto de la industria que desde el inicio del derrame caen en promedio más del 20 por ciento. La sobrevivencia de BP está en cuestión y con ella todo el capital que opera en petróleo. Los grandes pulpos y las empresas estatales de petróleo se han convertido en oficinas de contrataciones – son las contratistas las que hacen los trabajos. Por eso, cuando le preguntaron al presidente de BP, a cargo de la empresa en Estados Unidos, “¿Cómo pudo suceder esto?", Hayward respondió en un comunicado: "¿Cuánto puede dañar el derrame al medio ambiente? ¿Por qué toma tanto tiempo para detener el flujo de petróleo y gas en el golfo? Aún no tenemos respuestas a estas importantes preguntas”, fue su elaborada respuesta (New York Times, 16 de Junio).

El desastre del derrame es parte integrante de la crisis mundial. Agotada su capacidad de beneficio, las empresas han venido comprimiendo costos a costa de la seguridad y han derivado sus ganancias a operaciones financieras de riesgo – reduciendo de paso la oferta de combustibles. Pero las operaciones financieras se han ido a pique incluso antes del derrame. BP es en el petróleo una suerte de LCTM (1999), o Enron (2002), cuyas quiebras anticiparon la bancarrota general – en este caso en la industria petrolera. Como, a su vez, una quiebra de BP paralizaría todas las asociaciones de exploración y explotación en las que se encuentra, el golpe a la industria sería descomunal, y lo mismo ocurriría en las Bolsas en las que cotizan sus acciones. BP ya ha empezado por Argentina, donde está vendiendo el 60% de su participación en Panamerican Energy, que opera en Chubut.
 
Para los anticapitalistas que difunden la tesis que la crisis no es del capitalismo (la cual sería fácilmente superable, dicen) sino de la civilización (basada en el desarrollo de las fuerzas productivas), el derrumbe de BP debería enseñarles cómo es el capitalismo el que destruye el equilibrio ambiental para superar lo que es insuperable: la declinación del capitalismo como forma de organización social.-Sergio Rivero (especial para ARGENPRESS.info)