Es bueno diferenciar entre el ruido afuera de la puerta, y que no perturbe, y por decir el teléfono sonando, gente viniendo al cuarto. Hay un pensamiento de que la meditación debe hacerse en un "lugar silencioso". Jesús habló de orar en "el cuarto privado". Ésto debe hacerse si no tenemos rincones cercanos de naturaleza y tranquilidad. De lo contrario, podemos ir a un parque o a un lago y meditar y orar. Notaremos grandes cambios si lo hacemos todos los días. Si no lo podemos hacer, usemos la mañana temprano para estar a solas con Dios, incluso si vivimos en una casa llena de gente. Busquemos un cuarto privado o el jardín para conversar y tener contacto con el Creador.
Es fundamental la oración diaria. La Biblia dice que Daniel oraba hasta tres veces al día en su habitación. Hagamos hábitos constantes para orar. Así nuestra relación con Jehová Dios será estrecha y significativa. Notaremos su Espíritu en todas las áreas que nos envuelven. Una sensación de seguridad y paz interior se apoderará de nuestro corazón. Sentiremos la Presencia de Alguién Inmenso que nos cuida y protege.
A medida que el mundo externo se desplome, la meditación y la oración sincera nos protegerá y nos dará un estado espiritual mucho más elevado para sobrevivir a los días finales.
