He dilatado enormemente escribir este artículo. De hecho, lo tenía en mi mente desde hace meses. Debo reconocer que me ha sido difícil escribirlo. Intentar plasmar de forma adecuada y transmitir que uno no es un apóstata o algo parecido, solo porque buscamos con sinceridad la Palabra de Dios y bajo el mismo estudio y lectura cuidadosa de ésta misma, encontramos verdades tan claras como el agua. Acerca de los bereanos, Lucas, uno de los escritores de la Biblia, dijo: “Estos eran de disposición más noble que los de Tesalónica, porque recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así”. (Hechos 17:11.)
Hace años en base a mi lectura y meditación personal de la Biblia tengo claras las parábolas proféticas de Jesús narradas en la Biblia. Dicho entendimiento personal solo está basado en simplemente leer con cuidado y disposición abierta (sin ideas predeterminadas) las Escrituras. Creo que todos los que abrazamos la verdad bíblica tuvimos la actitud de los bereanos. Simplemente nos aseguramos de todas las cosas y no aceptamos un dogma sin usar nuestras facultades de razonamiento. Por lo tanto, no debería existir temor o miedo de estudiar la Biblia con ésta disposición correcta. No debemos sentir un pánico de encontrar joyas proféticas simplemente porque estas interpretaciones choquen contra algunas ideas preestablecidas. Creer algo simplemente porque lo dicta una autoridad o grupo de personas, y sin un apoyo claro de las Escrituras nos coloca en un dilema complicado. Cada persona, debe usar sus facultades mentales y espirituales para la búsqueda de la verdad. Pero también cada persona es libre de sacrificar sus convicciones sobre la investigación profética porque simplemente se queda con lo que dice su autoridad religiosa de turno.
Dicha ésta especie de declaración previa de principios, les pregunto si recuerdan el cántico 211 del anterior cántico. Claramente en ésa canción hermosa, se nos recordaba como todos los ministros cristianos mediante la predicación del reino, participaban en la cosecha del trigo. Es interesante leer la letra de dicho cántico. Ciertas estrofas decían:
“los ángeles son segadores, con ellos servimos a Jah. Jesús inició ésta obra, fue cuando en el “campo” sembró. La siega en los campos ya comenzó; juntemos la recolección”.
No obstante, claramente ahora se recalca que la parábola “no representa la obra de predicar y enseñar, cuyo objetivo sería atraer a los nuevos discípulos que luego llegarían a ser ungidos” (Nota párrafo 4 tercer artículo Atalaya 15/03/2010). Cómo observamos, hay notables cambios en cierto entendimiento oficial de algunos asuntos.
Pero analicemos bien la parábola profética:
: “El reino de los cielos ha llegado a ser semejante a un hombre que sembró semilla excelente en su campo. 25 Mientras los hombres dormían, vino el enemigo de él y sobresembró mala hierba entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el tallo brotó y produjo fruto, entonces apareció también la mala hierba. 27 De modo que los esclavos del amo de casa vinieron y le dijeron: ‘Amo, ¿no sembraste semilla excelente en tu campo? Entonces, ¿cómo sucede que tiene mala hierba?’. 28 Él les dijo: ‘Un enemigo, un hombre, hizo esto’. Ellos le dijeron: ‘¿Quieres, pues, que vayamos y la juntemos?’. 29 Él dijo: ‘No; no sea que por casualidad, al juntar la mala hierba, desarraiguen el trigo junto con ella. 30 Dejen que ambos crezcan juntos hasta la siega; y en la época de la siega diré a los segadores: Junten primero la mala hierba y átenla en haces para quemarla; entonces pónganse a recoger el trigo en mi granero’” (Mateo 13:24-30).
En el relato bíblico hay una secuencia clara establecida por Jesús. Si notamos los últimos versículos, podemos ver que PRIMERO se junta la mala hierba y se ata en haces para quemarla ("JUNTEN PRIMERO la mala hierba y átenla en haces para quemarla"). Luego el dueño del campo dice: " ENTONCES pónganse a recoger el trigo en mi granero". Queda claro que primero se junta la mala hierba para quemarla. La Siega del Trigo o feliz Cosecha es POSTERIOR a este suceso.
Me sorprendió observar entonces lo que dice el párrafo 15 del último artículo citado y estudiado éstos días:
“¿Qué significa el que se junte y queme la mala hierba? (Mat. 13:40.) El desenlace que le espera a los falsos cristianos. El que sean arrojados a un horno de fuego simbólico indica que van camino a la destrucción eterna (Rev. 20:14; 21:8). Estos impostores serán exterminados durante la “gran tribulación” (Mat. 24:21)”.-Párr. 15.
Éstoy de acuerdo totalmente con éste párrafo, pero el problema es que tenemos un anacronismo que no concuerda con la secuencia establecida por Jesús. Si el acto de juntar la mala hierba y quemarla significa el desenlace de la gran tribulación para los falsos cristianos, la Cosecha del trigo solo puede ocurrir después de ésta. La siega o cosecha, por lo tanto, NO PUEDE SUCEDER ANTES DE JUNTAR LA MALA HIERBA PARA QUEMARLA. Esto nos muestra que la cosecha no es un periodo relativamente largo previo al fin de fines. No puede ser un fenómeno que dura muchas décadas antes del fin.
Ahora bien, notemos cierto detalle en la exposición de Jesús:
25 Mientras los hombres dormían, vino el enemigo de él y sobresembró mala hierba entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el tallo brotó y produjo fruto, entonces apareció también la mala hierba. 27 De modo que los esclavos del amo de casa vinieron y le dijeron: ‘Amo, ¿no sembraste semilla excelente en tu campo? Entonces, ¿cómo sucede que tiene mala hierba?’. 28 Él les dijo: ‘Un enemigo, un hombre, hizo esto’. Ellos le dijeron: ‘¿Quieres, pues, que vayamos y la juntemos?’. 29 Él dijo: ‘No; no sea que por casualidad, al juntar la mala hierba, desarraiguen el trigo junto con ella. (Mateo 13: 25-29).
Éste detalle es importante. Nos muestra que hay suficiente cantidad de mala hierba como para enraizarse entre el trigo. Evidentemente esto nos muestra que también hay suficiente trigo. En otras palabras. ¿Cuánto trigo sembró el sembrador? Es evidente que lo suficiente. La mala hierba es sobresembrada en medio de ese trigo. Por lo tanto, la cantidad de trigo debe ser igual o superior a la mala hierba. La respuesta del dueño nos muestra algo importante: ‘No; no sea que por casualidad, al juntar la mala hierba, desarraiguen el trigo junto con ella”. ¿Pueden ser nueve mil personas que afirman tener esperanza celestial el “trigo” en medio de millones de cristianos falsos? La cantidad de “trigo” es tan poca que daría la impresión que el sembrador fue muy pobre en su siembra.
¿Acaso no nos transmite la parábola la idea de que hay millones de cristianos verdaderos, y entre ellos (enraizados en infiltrados) millones de cristianos falsos? Debe existir, por lo tanto, una cierta cantidad abundante de trigo y una cantidad superior o igual de cizaña para tener una descripción más real de una mala hierba en medio del abundante trigo. La ilustración dice que el enemigo sembró mala hierba entre el trigo. Para provocar la estafa y para que el amo no se diera cuenta, la cantidad de semilla de mala hierba tenía que ser igual o poco superior a la del trigo.
Por lo tanto, si solo los 144.000 son el “trigo” de la ilustración de Jesús, el diablo debería haber sembrado una cantidad igual o algo superior en medio de ellos para provocar el engaño. La cantidad de millones versus esos miles no tiene lógica. Por lo tanto, el “trigo”, “los hijos del reino”, no son cierto pequeño grupo de cristianos. Si bien los primeros cristianos (la semilla) eran ungidos, la multiplicación como trigo corresponde a un grupo mayor. El trigo ya brotado debe ser sin duda a una “gran muchedumbre” que sobrevivirá al fin y a la quema de los falsos cristianos.
Sin embargo, en el artículo reciente estudiado encontré un párrafo que nos llama la atención:
“¿Cuánto dura el juicio? Jesús utilizó la expresión “época” para referirse a la cosecha, de modo que se extiende por un buen tiempo (Rev.14:15,16). De hecho, el juicio de los miembros de la congregación ungida prosigue durante todo el tiempo del fin y no acaba sino hasta que son sellados definitivamente (Rev. 7:1-4).-Párr. 12
Éste párrafo lo encuentro muy acertado. Se reconoce que el juicio contra la casa de Dios AUN NO HA TERMINADO. Puede que a algunos les haya sorprendido éste párrafo, pero es algo que ya habíamos comentado. El juicio contra los ungidos aún no ha terminado. De hecho, estamos en plena época de refinación. Pero ésta refinación también se extiende sobre quienes tienen la esperanza celestial.
No obstante, aún no estamos en la Cosecha o Siega. Las razones de peso las analizaremos en una próxima entrada.