Ante la descripción fuerte, aterradora pero real del Armagedón, muchos sin duda se preguntarán: ¿pero como sobreviviremos? ¿quedaría algo en pie con semejante juicio? ¿cómo se salvarán los siervos de Dios? La respuesta: "Los Ángeles de la Cosecha".
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Éstos ángeles fueron representados como los "segadores, los pescadores y quienes ayudan a separar a las ovejas y las cabras" en las ilustraciones antes analizadas.
.La Biblia dice claramente que los ángeles tendrán una intervención destacada en el Armagedón. No solo serán ejecutores, sino que también rescatarán a los escogidos para sobrevivir (véase Mateo 13:39; 49; Mateo 24:31; 1 Tes. 1:7,8). Pero, ¿cómo lo harán? No lo sabemos, ya que será sorpresivo, y no sería apropiado que los enemigos de Dios se enterarán de los detalles. Sin embargo, hay ciertos pasajes que nos pueden dar una idea.
Cómo si fuera una verdadera cosecha, los ángeles intervendrán, “reuniendo a los escogidos” desde todos los extremos de la Tierra. Esto tiene un precedente en la destrucción de Sodoma y Gomorra. Los ángeles evacuaron a Lot y su familia salvándolos de la lluvia de fuego y azufre y el hongo denso de la destrucción (Génesis 19:15,16, 24,28).
Jesús mismo comparó ese fin a su regreso Parausía con sus ángeles (véase Lucas 17:28-37). Este pasaje de Lucas confirma que el rescate será sorpresivo, en cualquier lugar, llevando a uno, dejando a otro.
Pablo cuando escribió 1 Tesalonicenses 4:15-18 pensaba en ser un sobreviviente del día de Jehová para su día. En ese momento hizo una clara separación entre los cristianos que se habían dormido en la muerte y serían "transferidos" o "resucitados" como grupo, y los sobrevivientes, los vivientes que después serán arrebatados en nubes (él creía que pertenecería a éste último grupo). En el futuro Jesús habrá descendido a cierto nivel cerca de la Tierra para el juicio e inspección, pero el texto no dice que los evacuados serán llevados al Cielo espiritual, sino que permanecen en el aire (según la perspectiva de un observador del siglo I), tal vez fuera o cerca de la atmósfera. Así que de alguna manera, con medios manifiestos se rescatará a los escogidos para sobrevivir.* El qué se "esté para siempre" con el Señor tal vez indica que algunos pasarían posteriomente a una esfera espiritual.
Nota: Tenemos el caso de Elías que no fué llevado al cielo espiritual, sino que fué transportado por los aires a otro lugar. Ésto puede parecer increíble, pero se logró de alguna forma. De hecho, Elías fué llevado a otra parte de Palestina e incluso al parecer envió una carta. Por lo tanto, el transporte por los aires no lo mató.
Es interesante que la expresión “nubes” están relacionadas con la manifestación de la presencia Divina. En el monte Sinaí, cuando se dio la Ley a Israel, una nube oscura (o densa) cubrió la montaña; también una “columna de nube” guío a los israelitas por el desierto. Después se especificó que en realidad Jehová envió un ángel en una nube como “su propio mensajero personal” para conducir a Israel fuera de Egipto y a través del desierto. (Isa 63:9.) ¿Estaba el ángel dentro de la nube? Muchos han preguntado si acaso aquello podría ser la descripción de un “vehículo” de naturaleza superior guiado por los mensajeros de Dios. Por medio del ángel, Jehová miró de manera representativa desde dentro de la nube para poner en confusión el campamento de los egipcios y guiar al pueblo. (Éx 13:21, 22; 14:19, 24, 25.)
Es probable que esta nube densa (con aspecto más sólido) fuera visible desde cualquier parte del campamento y señalara su centro. Cuando se alzaba, Israel se preparaba para levantar el campamento. Cuando se trasladaba, el pueblo la seguía hasta el próximo campamento.
El profeta Isaías escribió sobre Jehová (o sus representantes angélicos) y señaló lo siguiente: “...Jehová va montado en una nube veloz y entra en Egipto...”(Isaías 19:1; véase también Salmo 68:33 y Isaías 13:4,5).
La visión de Daniel 7:13, 14, en la que se muestra al Hijo del hombre que llega con las nubes del cielo ante la presencia del Anciano de Días también recalca a esta especie de “transporte” relacionada con los seres celestes ya sea simbólico o literal.
Después los Evangelios narran que la voz de Jehová se escuchó desde una nube brillante, cuando expresó que aprobaba a su Hijo unigénito, la misma nube cuya sombra cubrió a Jesús y a tres de sus apóstoles —Pedro, Santiago y Juan— en el monte de la transfiguración. (Mt 17:5.)
El registro bíblico dice que cuando Jesús ascendió a los cielos, “una nube se lo llevó de la vista de ellos”. (Hch 1:9.) Este hecho ayuda a entender las palabras de Jesús en relación con el tiempo de su presencia, pues dijo: “Verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria”, y “Viene con las nubes, y todo ojo le verá”. (Lu 21:27; Mt 24:30; Rev 1:7.). Como analizamos antes esto tiene que ver con un regreso invisible, aunque aquello no excluye manifestaciones que evidenciarán el claro poder de Dios. En este sentido podría ser claro que los ángeles rescaten en sus “vehículos” similares a nubes brillantes a los escogidos para sobrevivir (que primero obviamente han buscado el refugio espiritual interior). En este aspecto es necesario aclarar que justamente las personas no deben huir a ningún refugio físico, más bien el hacer la voluntad de Dios será la clave. No obstante esto no excluye el hecho de que los ángeles (tal como en una cosecha) ellos busquen (no al revés) al final a los merecedores de vivir. El hecho de que en el momento mismo del fin Dios pueda usar algún medio para el rescate y transporte de sus siervos lo ilustran las destrucciones precedentes narradas en la Biblia:
En el Diluvio, se utilizó un medio físico (el arca) para la salvación. No se salvó a Noé y a su familia de manera mágica o misteriosa. El que Jesús dijera que el fin del sistema actual será como en los días de Noé refuerza el paralelo (Génesis 7:1). Antes de destruir Sodoma, los ángeles tuvieron que sacar a Lot y a su familia a una distancia considerablemente lejos de la ciudad. Ellos no podrían haberlos protegido en el mismo lugar, ya que la destrucción fue tal que destruyó hasta “las plantas del suelo”. El que Jesús también aludiera a este evento comparándolo a como será el Fin también es una indicación (Génesis19: 16,17, 25; Lucas 17:26-30). Incluso en el caso de otras destrucciones (como la de 70 E.C) los sobrevivientes tuvieron que evacuar de alguna forma (Lucas 21:20,21). No obstante, también hay otros relatos de protección en el mismo lugar, como en el caso del derribo de Jericó o al salir de Egipto en la noche del ángel exterminador. Pero el que Jesús compare su regreso con los relatos de Noé y Lot son pistas.
Al tener estos dos relatos mencionados por Jesús como referencias para el Armagedón indican algo clave: En el fin habrán medios de salvación y los ángeles tendrán mucho que ver con esos medios. Lo analizado en las otras correspondencias (como las de 1 Tes.) con relación a “las nubes” nos indican que en “vehículos” similares a nubes serán transportados y rescatados los siervos de Dios.
"Enviará sus ángeles con gran voz de trompeta y juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro" (Mateo 24:31)
No solamente los ungidos son los escogidos, sino la gran muchedumbre es llamada "escogidos" en el libro de Isaías.
¿Dónde serán transportados? No lo sabemos (incluso es un secreto sagrado), pero tampoco deberíamos pensar que los “vivientes que sobrevivan” serán llevados al cielo de los cielos. Ahora bien este acontecimiento será muy repentino, y ocurrirá poco antes de que las últimas fuerzas de Gog y su mundo sean aniquiladas por los proyectiles desde el exterior enviados por Jehová. En cualquier lugar del mundo los escogidos serán repentinamente (tal vez sin un aviso) rescatados (véase Lucas 17: 31-37; Mateo 24: 31, 40-42). Después de esto (al igual que sucedió con el pueblo de Israel; el pueblo estaba ya a salvo cuando Dios soltó los muros de agua sobre los egipcios), Jehová destruirá definitivamente y de manera total el sistema y a los inicuos. La destrucción será mucho más devastadora que cualquiera anterior, incluso que la de Sodoma, así que los sobrevivientes serán llevados a un lugar seguro tal vez momentáneamente fuera de la Tierra, ya que la destrucción será global y los cambios en la corteza terrestre serán tremendos. Quienes se hayan ocultado en cuevas bajo tierra no podrán sobrevivir.
A su debido tiempo (cuando sea seguro) se traerá a los sobrevivientes a la Tierra y se iniciará la reconstrucción del planeta. Todavía habrá alguna vegetación y árboles en zonas deshabitadas del mundo, incluso aves y animales, pero no se encontrará a ningún hombre vivo. En cambio, las zonas pobladas y las grandes ciudades serán ruinas humeantes llenas de aves que se comerán los restos de los cadáveres, algunos de los cuales quedarán como estiércol para el futuro jardín global.
Sin embargo, es bueno mencionar una advertencia sobre un peligro que se cernirá en el mismo fin. En este sentido el mismo Jesús y la Biblia es muy clara en el relato y deja una última advertencia, a parte de mantenerse alerta y despierto. Jesús dijo que habría los que promocionan huir a un lugar físico. Esa será la trampa. Satanás sospecha algo de esta evacuación, y ha estado enviando propaganda falsa sobre huir a refugios extraterrestres en OVNIS o cosas semejantes para confundir. Pero como hemos comentado, nuestro deber es ser leales y fieles. Tengamos confianza en que ELLOS (los ángeles de la cosecha) nos encontrarán. No tendremos que ir a ellos, éllos vendrán a nosotros y nos salvarán si somos dignos.
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En éstos días sin duda, los ángeles deben estar realizando los preparativos para ese rescate final, tal como se observa en la ilustración. Como dice la profecía de Ezequiel, si tenemos la "marca" de la personalidad cristiana en la frente, éllos nos observarán y salvarán. De lo contrario, seremos dejados para la aniquilación.