lunes, 15 de febrero de 2010

"Pruebas y Zarandeos desde el Interior"


He publicado ésto en un comentario, pero he preferido dar mi opinión ahora en una entrada. Creo que sobre la asunto de la ONG y la OSCE podemos caer en dos extremos, ambos peligrosos y ambos negativos. Por un lado, podemos caer en la negación mental de que violar la neutralidad por parte de los representantes del pueblo de Dios (por un desliz u error de juicio, e incluso entrampamiento) es imposible. Pensar que los hermanos son infalibles es caer en el extremo de la línea de adoración de las criaturas. Por otra parte, tampoco debemos caer en el otro extremo de volvernos apóstatas y llegar al grado de repudiar todo lo relacionado con la organización de Dios. Olvidaríamos las profecías de refinación aplicadas al propio Pueblo de Dios. Por lo tanto, no dejaríamos que éstas cosas nos alejen de la congregación. Al contrario, nuestra fe debe hacerse más fuerte.

Para quienes se aferran a la idea de que no pueden ocurrir errores de juicio entre quienes representan a los cristianos, les sugiero que lean el capítulo entero llamado "Pruebas y Zarandeos desde el Interior" del libro "Los Testigos de Jehová, Proclamadores del Reino de Dios". No, no es un libro escrito por apóstatas, sino por el propio Comité de Redacción del Cuerpo Gobernante. Y no hay pelos en la lengua para reconocer las luchas intestinas, conspiraciones, metidas de pata, y problemas aún más cercanos a nuestras fechas. No veo el porque hay que escandalizarse de éstos asuntos, cuando la organización a su debido tiempo, lo admite. Y si no, déjemos las cosas a Jehová.

Cita textual de una parte que me llamó mucho la atención:

Para que la organización continúe teniendo la aprobación de Jehová, debe dedicarse exclusivamente a hacer la obra que Su Palabra manda para este tiempo. Esa obra es la de predicar las buenas nuevas del Reino de Dios. (Mat. 24:14.) Sin embargo, ha habido ocasiones en que personas que colaboraban estrechamente con la organización también procuraron utilizarla para promover programas que tendían a desviar la atención de sus compañeros hacia otras actividades. El que se les corrigiera fue una prueba para ellos, especialmente cuando creían que habían actuado con motivos nobles.
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A principios de 1938 surgió un problema parecido en Australia, que se agravó durante la proscripción impuesta a la Sociedad (de enero de 1941 a junio de 1943). Con el fin de atender lo que entonces parecían ser necesidades legítimas, la sucursal de la Sociedad se envolvió en diversas actividades comerciales, incurriendo así en un gran error. La sucursal poseía varios aserraderos, más de veinte “haciendas del Reino”, una firma de ingeniería y una panadería, entre otras empresas. Dos imprentas comerciales continuaron imprimiendo secretamente las publicaciones de la Sociedad durante la proscripción. No obstante, el que los hermanos participaran en algunas de aquellas operaciones comerciales los llevó a violar la neutralidad cristiana, aunque el trabajo se efectuaba con el pretexto de proporcionar fondos a los precursores y ayudarles durante la proscripción. Sin embargo, a algunos les remordía mucho la conciencia. Aunque la mayoría permaneció en la organización, hubo un estancamiento general de la obra de proclamar el Reino. ¿Qué estaba impidiendo que recibieran la bendición de Jehová?
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Al levantarse la proscripción en junio de 1943, los hermanos que estaban a cargo de la sucursal comprendieron que tenían que deshacerse de aquellas empresas y enfocar la atención en la importante obra de predicar el Reino. Lograron hacer esto en tres años, y la familia de Betel se redujo a un tamaño normal. Pero aún había que aclarar las cosas y así restaurar la confianza completa en la organización.
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En 1947, Nathan H. Knorr, presidente de la Sociedad, y su secretario, M. G. Henschel, visitaron Australia específicamente para tratar esta situación. En un artículo al respecto, La Atalaya del 15 de octubre de 1947 (en inglés, 1 de junio) dijo lo siguiente sobre la actividad comercial que se había estado efectuando: “No era el trabajo seglar que hacían los hermanos todos los días para ganar su sostén [lo] que estaba implicado, sino que era el hecho de que la Sucursal de la Sociedad había conseguido diferentes clases de industrias y había llamado a publicadores de todas partes del país, especialmente precursores, para trabajar en estas industrias más bien que predicar el evangelio”.
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Estos hechos habían llevado incluso a una participación indirecta en actividades bélicas. El hermano Knorr habló francamente del asunto a los hermanos en las asambleas que se celebraron en las capitales de las provincias. En todas las asambleas se adoptó una resolución en la que los hermanos australianos reconocían su error y pedían a Jehová que les mostrara misericordia y les concediera perdón mediante Jesucristo. De modo que ha sido necesario estar vigilantes y superar diferentes pruebas para que la organización siga dedicándose exclusivamente a la difusión del mensaje del Reino de Dios.
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Cuando los testigos de Jehová repasan su historia de tiempos modernos, ven prueba de que Jehová en verdad ha estado refinando a su pueblo. (Mal. 3:1-3.)
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Así que no debería sorprendernos que pasen años para que algunos asuntos se aclaren. Para el asunto de Australia y la sucursal pasaron casi 10 años. ¿Hasta que grado sabía el C.G de éstos asuntos? No lo sabemos. Pero todo a su tiempo fué corregido. También hay casos de miembros del C.G que han tenido que ser removidos por situaciones extrañas.
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No dejemos nunca al pueblo de Dios por éstos refinamientos, al contrario, hagamos más firme nuestra fe. Hoy, el asunto de las ONG, la ONU y la OSCE son más abarcadores que el error de una Sucursal, pero confiamos en que estamos en una época de refinación final y que finalmente Dios guía a su pueblo.