Plegaria bíblica. Ayer el laico José Luis Rodríguez Zapatero hubo de citar el Deuteronomio al pronunciar, en el Desayuno Nacional de Oración, en Washington —adonde asistió como invitado— que: “No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas o un extranjero que vive en algunas de las ciudades de tu país, págale su jornal ese mismo día”.
El problema es que en España quedan pocos “jornaleros”, porque el desempleo es descomunal (20 por ciento) y la erosión de credibilidad ante los inversionistas crece día con día.
Tan es así, que ayer el índice Ibex de Madrid se desplomó más de 5.5%, ante los fortísimos temores de que el gobierno de Zapatero no podrá cumplir con la reducción del déficit para llevarlo a 3 % (como hemos dicho, actualmente está elevadísimo, en 11.4%).
Hay desesperación. El gobierno español ya lanzó su plan de austeridad, con el que piensa ahorrar hasta 50 mil millones de euros de aquí a 2013. Asimismo, la edad de jubilación fue elevada y habrá recortes generalizados en muchos sectores del gobierno y comunidades autónomas. No obstante, hay quien piensa que estas medidas no son suficientes. Por eso la bolsa se desplomó.
¿Asistimos al colapso de España? ¿A su degradación de economía desarrollada a nación anquilosada? ¿Qué término se utilizará para denominar a países que pasan de ser desarrollados a no competitivos? ¿Es el caso de España?
Ayer los títulos del banco BBVA en Madrid cayeron 7.54%, mientras que los de Santander se desplomaron 9.40%. Los inversionistas están vinculando la posibilidad de un desplome de las finanzas públicas con el desempeño futuro de estos bancos. Panorama negro.
Una gran pregunta emerge: ¿Qué riesgos implica esta situación para México, dado que España es uno de nuestros socios comerciales más importantes y desde donde recibimos tanta inversión? ¿Qué riesgos hay para los bancos españoles y su operación en México?- Milenio