"Ningún sirviente de casa puede ser esclavo de dos amos; porque, u odiará al uno y amará al otro, o se adherirá al uno y despreciará al otro. No pueden ser esclavos de Dios y de las Riquezas (Mammon)”. Ahora bien, los fariseos, que eran amantes del dinero, escuchaban todas estas cosas, y le hacían gestos de desprecio. Por consiguiente, él les dijo: “Ustedes son aquellos que se declaran a sí mismos justos delante de los hombres, pero Dios conoce sus corazones; porque lo que entre los hombres es encumbrado, cosa repugnante es a la vista de Dios". (Lucas 16:13-15)
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Este pasaje es de sumo interés en base al artículo anterior. Hemos considerado que "la cosa repugnante que causa desolación" del siglo I corresponde a los estandartes con ídolos de aguilas romanas que portaban las legiones romanas en 66 que atacaron la fortaleza y el santuario del sistema judío. No obstante, hemos llegado a esa conclusión basándonos en el testimonio de los historiadores y relacionándolo con el pasaje bíblico. Sin embargo, en ninguna parte de la Biblia se dice que efectivamente los "estandartes" eran "la cosa repugnante que causa desolación". Se habla efectivamente de "los ejércitos acampados", pero no hay una relación directa con los emblemas que llevaban las tropas. No es que la idea sea incorrecta, pero lo curioso es que asociamos las "águilas" con la "cosa repugnante" a través del testimonio extra bíblico.
Es de interés que Ezequiel y otros profetas dijeron que en la Casa de Jehová habían "cosas repugnantes", dando a entender que se habían alejado de la adoración pura introduciendo prácticas idolátricas y codiciosas, corrompiendo y haciendo repugnante el Templo. Jesús en el siglo I se volvió a encontrar con una situación similar. Se molestó al observar el cambalache y comercio profano en el Templo. Claramente el sistema de adoración judío para el año 66 estaba más que rechazado, así que el lugar "santo", no era tal desde el punto de vista de Dios. Estaba desaprobado y era "repugnante". De la misma forma el lugar "santo" de la actualidad es algo sagrado desde el punto de vista humano, pero no desde el punto de vista de Dios.
Sobre el carácter sagrado e imponente de las Torres Gemelas, un visitante así se expresó:
Era un complejo catedralicio de cristal que reverberaba como un enorme lampadario barroco en las aguas del río Hudson. Arriba, en el último piso había un restaurante que se llamaba Windows on the World (Las Ventanas sobre el Mundo). Desde ese restaurante, enclavado en el centro financiero y editorial mas poderoso del mundo, se podía contemplar desde arriba la estatua de la isla de Ellis Island, la Estatua de la Libertad, con su hieratismo cartesiano.
Parecía un diálogo entre las dos torres y una estatua que parecía demostrar que Dios había dado un “golpecito” al universo hacía mucho tiempo, para que echara a andar, pero, que a partir de aquella hora, el mundo estaba a los pies de aquellas torres, porque todo el comercio de la tierra suplicaba llegar alguna vez a alcanzar en forma de haces electrónicos esos altares sagrados que son las pantallas planas de Wall Street. Sólo había que tomarse un café en la planta 107 para comprobarlo.
Lo que más impactó del atentado, fue la fragilidad de la enorme mole de acero y cristal. Todo era frágil. El centro de poder financiero mas importante del mundo, derribado por unos fanático armados con cutters. - Contribuido.
Sí, la Torres de 400 metros de altura, imponentes y encumbradas nos recuerdan la frase de Jesús: "porque lo que entre los hombres es encumbrado, cosa repugnante es a la vista de Dios". En ese centro de comercio global y Wall Street a sus pies, se fraguaron guerras, se comerció con vidas y los poderosos han movido y efectuado decenas de sacrificios al dios "dinero". De hecho, en el texto de base para este artículo, la expresión riquezas se traduce como "Mammon", que es un término utilizado para describir la abundancia o avaricia material. Aunque no necesariamente se identifica con alguna deidad, sí se nos relaciona con la "codicia que es idolatría", según Pablo. Es de interés que durante la Edad Media, Mammón fue personificado comúnmente como el demonio y dios de la avaricia, de la riqueza y de la injusticia. Véase la pintura de Evelyn de Morgan, en donde la riqueza es personificada como un dios de culto.
Así que en el año 66 la sola presencia del comercio, negocio y adoración al dios dinero en el Templo de Dios constituía una "cosa repugnante" parada donde no tenía que estar. La sola existencia de esta situación causa su "desolación" posterior por los romanos. En otras palabras, "la cosa repugnante que causa desolación" no es la misma entidad. No son los romanos con sus águilas que traen la destrucción. Más bien bien es la existencia de algo repugnante (comercio en el Templo) que atrae al que causa desolación (los romanos). Cuando los discípulos percibieran la suma de esos dos elementos, se activaría una "señal" única. Los romanos llegaban para castigar lo repugnante. En ese sentido es una "cosa repugnante que causa (o provoca) desolación", atrayendo la desolación sobre sí misma.
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Para comprobar ésta idea, debemos tener el apoyo interno del mismo libro de Daniel y de otros pasajes que nos indican que la "cosa repugnante" no es es lo mismo que el "desolador", sino que más bien lo atrae para que cause desolación (destrucción) sobre ella. Esto sería un Juicio de Dios contra el sistema desaprobado. Veamos dos textos que nos apoyan ésta idea y que al parecer describen desde otro ángulo el mismo suceso:
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Y llegué a oír a cierto santo hablando, y otro santo procedió a decir a aquel que estaba hablando: “¿Cuánto durará la visión del [rasgo] constante y de la transgresión que causa desolación, para hacer tanto [del] lugar santo como [del] ejército cosas para hollar?” (Daniel 8:13).
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Este pasaje es interesante y al parecer corrobora lo que hemos comentado. Se nos habla de "la transgresión que causa desolación". Esa trangresión no es causada por los romanos, sino por miembros del sistema de cosas judíos que traen sobre sí la desolación. Los romanos solo son los ejecutores. Podemos encontrar un apoyo importante en este pasaje. Ahora bien, veamos otro texto que alude también al mismo evento de 66 E.C.
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”Hay setenta semanas que han sido determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, y para acabar con el pecado, y para hacer expiación por el error (...)
Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo que viene los arruinará. Y el fin del tal será por la inundación. Y hasta [el] fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones.
”Y él tiene que mantener [el] pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva.
”Y él tiene que mantener [el] pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva.
”Y sobre el ala de cosas repugnantes habrá el que cause desolación; y hasta un exterminio, la misma cosa que se ha decidido irá derramándose también sobre el que yace desolado”. -Daniel 9:24-27
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Es de interés que se llama "ala" a cada una de las partes que se extienden a los lados del cuerpo principal de un edificio o en que se considera dividido un espacio o construcción cualesquiera. Ejemplo: "El ala derecha de la plaza, o del escenario". Por lo tanto, hay cierta evidencia de que la frase "sobre el ala de cosas repugnantes" era el comercio dentro del edificio del Templo. Entonces habrá (o llegará) el que "cause desolación" (los romanos). Por lo tanto, la "cosa repugnante" con su propia existencia atrae y causa su propia "desolación". Cuando los cristianos discernidores vieran los dos fenómenos simúltaneos era la "señal" para huir. El ataque romano (el desolador) sobre el Templo contaminado (cosa repugnante) de 66 fué la señal. Ésto causaría Pasmo o Terror en la población del sistema de cosas judío.
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Hoy, parece que la propia existencia de las Torres Gemelas (el Templo al dios dinero) frente a las instalaciones de la Sede Mundial del Pueblo de Dios, es una "cosa repugnante", algo "encumbrado" como dijo Jesús, y atrae y causa en el tiempo señalado su propia "desolación". Esa sin duda fué una "señal". ¿La hemos percibido?
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Pronto el "desolador" regresará pero esta vez para aniquilar al otro elemento del sistema. Ya no será una simple herida. Esta destrucción se iniciará con el ataque contra Babilonia la Grande y la Jerusalén infiel, la Cristiandad. Y tal como no hubo piedad en el regreso del Desolador en el 70, ahora la destrucción de la "Jerusalén" moderna será efectiva y total.
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Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y estaba adornada con oro y piedra preciosa y perlas, y tenía en la mano una copa de oro que estaba llena de cosas repugnantes y de las inmundicias de su fornicación. Y sobre su frente estaba escrito un nombre, un misterio: “Babilonia la Grande, la madre de las rameras y de las cosas repugnantes de la tierra”. -Apocalipsis 17:4,5
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Notemos como las cosas repugnantes de Babilonia la Grande traen el Juicio y desolación sobre ella. Claramente los símbolos del sistema global (Dinero y poder Político-Militar) fueron heridos el 11-09-2001. Ahora es el turno del sistema religioso global, pero ésta no será un destrucción parcial, sino total.
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Sí, en 66 el sistema estaba fusionado tanto en lo comercial-religioso y político. Ahora las cosas son un poco distintas. La religión se ha separado del Estado, y su Juicio será aparte. El 11-09-2001 fué un "aviso". Si lo hemos tomado en cuenta o no, es la otra gran pregunta.